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sábado, 22 de noviembre de 2014

La década endeudada


Hoy puede oírse y verse, a toda hora, todo tipo de manifestaciones con una frase -muletilla que resuena repetidamente como si fuese un slogan comercial que, si uno arribara por sorpresa a la Argentina, nos haría inflar el pecho y golpearlo fuertemente con orgullo patriótico.

“¡Patria o Buitres!” puede leerse, verse y escucharse en militantes, periodistas y medios oficialistas como si fuese un fragmento inédito recién descubierto del “Martín Fierro”.

Claro que esto es como aquellas marquesinas, que uno puede ver por las calles. Esas que sirven de perímetro para una obra en construcción que está dando sus primeros pasos. En ellas puede verse todo tipo de anuncios con grandilocuentes imágenes, fotos y colores pero que si asomase alguien sobre estas, detrás hay un terreno baldío.

Yerma es la frase y el sentido de este slogan que, a esta altura, suena a una gran tomada de pelo o a otro de los tantos “panfletos” que durante esta autoproclamada “década ganada” los militantes, esbirros, paniaguados e ilusos creyentes de esta gestión kirchnerista han desparramado, como arrojando volantes desde arriba de un avión.

Es solo ponerse a contar un par de puntos, concernientes a este dilema, para poner de rodillas a este vacuo panfletarismo con el que intentan confundir a la opinión pública. Por desgracia aún lo están logrando en un porcentaje alarmantemente apreciable.

Hagamos un repaso: El 23 de diciembre de 2001 Adolfo Rodríguez Saa asumió la presidencia de la Nación luego de los desmanes que se habían producido tres días antes que terminaron firmándole el certificado de defunción al nefasto gobierno de Fernando De La Rúa.

En su discurso de asunción, el puntano, declaró la suspensión de los pagos de la deuda externa y el congreso parecía la capital mundial de la alegría.
Casi la totalidad del recinto ovacionó la medida. Los aplausos llegaban desde casi todos los sectores y muchos hasta se pusieron de pie para vivarlo.
Una semana más tarde las cacerolas volvían a ser golpeadas, en las calles, como así también comenzaron a producirse saqueos y otros actos de delincuencia dirigida desde las sombras mas lúgubres de la política nacional.
Como consecuencia de esto, el 30 de diciembre, solo 7 días después de asumir y a diez de los sucesos que acabaron con el gobierno de la Alianza, Adolfo Rodríguez Saa presentaba, con todo su gabinete detrás, la renuncia indeclinable a la presidencia, haciendo serias denuncias a sus compañeros de partido, entre ellos a José De La Sota.

Hasta el 2 de enero de 2002 la presidencia fue ejercida por Eduardo Caamaño. Ese día le entregaba la banda presidencial a Eduardo Duhalde que, con el tiempo, terminó ratificando el default (no le pagó a nadie) pero nunca alguien osó sacarlo a cacerolazos ni mucho menos a provocar saqueos.

Un año y unos meses mas tarde las elecciones proclamaron ganador a Carlos Saúl Menem pero con un porcentaje muy lejano para obtener la victoria en primera vuelta.
Segundo fue Néstor Carlos Kirchner que terminó siendo el presidente de la Nación cuando el riojano se bajó de la fase de ballotage advirtiendo que perdería por amplio margen, cuidando así su “invicto” electoral. El 25 de mayo de 2003 asumió, el patagónico, la primera magistratura vernácula y con el comenzaba la década kirchnerista.

En 2005, viajó junto a su ministro de economía, Roberto Lavagna (que venía desde el gobierno de Eduardo Duhalde) para “negociar” el tema espinoso de la deuda en default.

Este hecho pasó a ser sindicado como patriótico y poco menos que épico. El “megacanje” de deuda se concretaba y, según la militancia kirchnerista con una quita inconmensurable y una negociación mas que beneficiosa para todos los argentinos.

Pero la verdad es otra muy distinta. La idea es desglosarla en sus puntos más importantes y dañinos.
En esa “negociación” se refinanció la deuda a 30, 35 y 42 años, bajándose, en forma comparativa, las tasas de interés que eran del 11 o 12 %  al  8,28%. Hasta acá todo bien.

Pero aparecen las cuestiones obscuras que atentan contra nuestra soberanía e integridad nacional. Se dice que el canje consistió en un quita del 66 % cuando en realidad fue del 44 %, medida en valor absoluto. Esta “quita” fue largamente compensada con entrega de cupones ligados al PBI.

Por cada 100 dólares que los acreedores entregaron, en bonos viejos, el gobierno le dio un bono nuevo a treinta o treinta y cinco años por un valor de 56 dólares y otro, ligado al crecimiento del país, por 48. O sea que la Argentina le reconocía 104 dólares por cada 100 presentados por los reclamantes

Esto sumado a las estadísticas falsas que comenzó a ofrecer el  INDEC, que dio un índice de crecimiento no real, aceleró el proceso de pago y provocó el  estrangulamiento de la capacidad de cumplimiento del país. A los dos años de firmado este “megacanje” ya la Argentina no podía concretar ninguna cancelación de los compromisos que había pactado.

Fue así que comenzaron a buscar recursos en las reservas del Banco Central y, como esto tampoco era suficiente, decidieron estatizar las AFJP para extraer dividendos de los fondos de garantía de sustentabilidad de los jubilados y poder cumplir con lo firmado. El 64% de los fondos de jubilaciones fueron prestados al tesoro nacional para poder afrontar compromisos con la usura internacional.

Pero no todos los problemas pasan por no poder cumplir con este mamarracho perpetrado por Kirchner y Lavagna. Otro de los “gestos patrióticos” que tuvieron, estos personajes, fue la de firmar que si Argentina no podía cumplir con estos compromisos, sería la justicia norteamericana la encargada de ejecutar sentencias sobre la mora de nuestro país.

Ergo la militancia y los paniaguados del régimen le dicen barbaridades al juez Griesa que no hace otra cosa más que cumplir lo que Néstor Kirchner y su ministro de economía firmaron en 2005. Un dislate sin precedentes.

Todo esto pasa en Argentina que tiene un fallo del juez Jorge Ballesteros quién declara a la deuda como “ilegal, inmoral, ilegítima y fraudulenta” en el que ni Néstor Kirchner ni Cristina Fernández se ampararon para decir que la Argentina va a honrar su deuda, si es que ya no se canceló, pero que no va a convalidar la estafa. Esto hubiese sido un verdadero gesto soberano.

La deuda lejos de decrecer aumentó  y la situación es cada día más inmanejable. Al llegar al gobierno, los Kirchner tomaron el país con 200 mil millones de dólares de deuda. Hoy, según cifras oficiales que nunca han sido demasiado viables, ronda los 250 mil millones. Estos datos los ofrece el gobierno de la presidente que ha dicho ser “pagadora serial” y que ademas aseguró, en cadena nacional, que la Argentina ha abonado 190 mi millones en 10 años.

Las preguntas que surgen son: Si en 2003 debíamos 200 mil millones de dólares y pagamos, durante 10 años, 190 mil millones ¿Cómo puede haber aumentado la deuda? ¿Qué pagamos, entonces?

Como si no nos alcanzara con estas “pesadillas” este gobierno pidió fondos en el Club de París, al que debió reconocerle una deuda mayor, a la que ya tenía, para poder acceder a un nuevo crédito y también solicitó ayuda financiera a los chinos, con una “frutilla en el postre” escalofriante: De no poder honrar esa nueva deuda con los asiáticos la causa tramitara en manos de jueces ingleses, en tribunales franceses.


Como pueden ustedes leer, la cuestión de la deuda no solamente no nos dio su capítulo más tenebroso sino que además recién está en plena génesis. 

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Evita

Evita Perón nació en el año 1919 en un pequeño pueblo de la pampa Argentina denominado Los Toldos, nombre que hace referencia al tipo de vivienda-las tolderías-, que utilizaban los indios que habitaron originariamente la zona.Dicen, los que saben, que el paisaje infinito de la pampa infunde en el ánimo de quien lo vive un sentido indómito de libertad y coraje, que no hay escuela que lo reemplace. Drieu la Rochelle, ese observador privilegiado,la definió como "un vértigo horizontal", y Ortega y Gasset como "promesa que promete".Este fue el genius loci en donde cayó Evita a la existencia.
Fue anotada y bautizada bajo el nombre de María Eva Duarte, hija de Juana Ibarguren Núñez y de su pareja Juan Duarte, quien nunca legitimó la relación. Juan Duarte, hacendado y concubino de Juana Ibarguren, muere en 1925 dejando a ésta y a sus cinco pequeños hijos -la menor Evita-en el desamparo más absoluto.No obstante ello, Juana con su máquina de coser, trabajando día y noche y guardando la dignidad, logra mantenerlos y educarlos.Evita comienza a manifestar su vocación artística y viaja a Buenos Aires, la gran ciudad cosmopolita, en donde se instala a partir de l934.Trabaja asiduamente en la radio e interviene en algunas películas.Diez años después, a causa del terremoto que asoló la provincia de San Juan,pegada a la cordillera de Los Andes,establece relaciones de noviazgo con el entonces coronel Juan Perón, con quien se casa en diciembre de 1945.Trabajó infatigablemente junto a él hasta su temprana muerte en 1952.
Hasta aquí los hechos más o menos puntuales de una biografía lineal para que el lector ubique cronológicamente a Eva Perón.Pero lo digno de destacar es su obra y su acción política y social.
Evita representó antes que nada el carácter argentino, heredaro seguramente de la visión de su pampa originaria que como el del gaucho es "indómito y soberbio".No se ató a los formales convencionalismos.Dañó los intereses privilegiados y benefició a los más humildes.Tuvo, como se dice hoy, "una opción preferencial por los pobres" y toda su gestión se dirigió en ese sentido.Pero nunca hizo "clasismo", ni al estilo demócrata cristiano ni al modo marxista. Ella fue simplemente peronista. No anduvo con medias tintas. No fue una mujer light como las que hoy día tienen poder al estilo de Hilary Clinton, sino una mujer dura, pesada.Que rigoreó a sus enemigos y protegió a sus "grasitas descamisados".Al respecto vale la pena recordar una anécdota:Desde el automóvil que la conduce a una recepción de gala, Evita ve una anciana llorando en la puerta de un Banco. Baja, entra con ella y pregunta: "Señores, ¿Quién de ustedes fue el hijo de puta que le dijo a esta señora `vuelva mañana`?".
Estaba convencida que el proyecto político de su esposo, el general Perón, de una "Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana" era posible y por su instauración luchó hasta el fin.
Fue Evita la que con tesón logró que la mujer argentina fuera la primera que votara en nuestra América. El voto femenino es un logro suyo casi exclusivo.Pero, y esto vale la pena destacarlo, ella no fue feminista.Lejos estuvo de la exaltación de la diferencia sexual a que nos tienen acostumbrados las feministas de hoy. Ella fue una mujer hecha y derecha, enamorada de su esposo, volcada hacia los más desprotegidos y amante de su patria.Su temprana muerte a los treinta y tres años, acaecida en pleno cambio de las estructuras sociales de la vieja sociedad conservadora, la transformaron lentamente en un mito fundador de los argentinos, lo mismo que Juana de Arco para los franceses. Incluso, siempre se ha hablado del gran secreto de Evita, y el padre Hernán Benitez, su confesor, ha afirmado muchas veces que "Ella caminaba en el sendero de Dios".Así pues, como dice el agudo pensador español Javier Esparza:"Que una golfa del show bussiness, y además gringa, encarne a Evita es, simplemente, un sacrilegio".
En manos del lector aparece en texto La Razón de mi vida
único que Evita redactara. Escrito entre los años 1949 y 1951 y cuyos cuadernos acaba de encontrar en España el investigar Jorge González Crespo desmintiendo así la versión "gorila=antiperonista" que afirmaba que el libro había sido redactado por un escriba a sueldo.
El texto está centrado en Perón y el apoyo a su proyecto político, económico y social. Y alrededor de él giran tres grandes categorías: los trabajadores, los humildes y las mujeres.Todo ello en vistas al logro de la "justicia social".Y esto lo hace notar expresamente Evita cuando, al comienzo mismo afirma:"Creo que así como algunas personas tienen una especial disposición del espíritu para sentir la belleza, más intensamente que los demás, y son por eso poetas o pintores o músicos, yo tengo, y he nacido con una particular disposición del espíritu que me hace sentir la injusticia de manera especial, con una rara y dolorosa intensidad".
Alberto Buela

VIDA DEL GENERAL JUAN DOMINGO PERÓN

El General Juan Domingo Perón fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, 1951 y 1973. En todos los casos llegó a tan alto cargo por medio de elecciones democráticas.
La vida política de Perón tiene, por ello, dos excepcionalidades en América Latina: llegar tres veces a la Presidencia de la Nación y, aún siendo militar, las tres veces mediante el voto popular.
Fue fundador y jefe político del Movimiento Justicialista que aún hoy, a 30 años de su muerte, continúa siendo la fuerza política mayoritaria de la República Argentina (Partido Justicialista).
Perón dejó escritas múltiples obras (La Comunidad Organizada, Conducción Política y Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, entre otras), donde expresa su filosofía y doctrina política, y que continúan siendo textos de consulta en el plano académico, aplicados a la vida política argentina y continental.

Infancia y primera juventud
Perón nació en Lobos (Provincia de Buenos Aires) el 8 de octubre de 1895. Fue hijo de Mario Tomás Perón, pequeño productor agrícola-ganadero, y de Juana Sosa, y nieto de uno de los médicos más célebres de su tiempo, el profesor Tomás L. Perón. Su familia es de origen sardo por vía paterna y castellana por vía materna. Su infancia y primera juventud las vivió en las pampas bonaerenses y en las llanuras patagónicas del sur de la Argentina, donde se trasladaron sus padres en 1899 en busca de trabajo. Estos escenarios de grandes espacios abiertos y de vida rural incidieron en su formación cultural que algunos biógrafos han denominado "criollismo". Perón deseaba ser médico como su abuelo, pero finalmente, en 1911, ingresó al Colegio Militar de la Nación, situado en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires, y egresó en 1913 con el grado de subteniente del arma de Infantería.

Vida Militar
Como oficial joven ocupó diversos destinos militares dentro del país mientras fue ascendiendo en su carrera. Teniendo el grado de Capitán redactó trabajos sobre Moral Militar, Higiene Militar, Campañas del Alto Perú, El Frente Oriental de la Guerra Mundial de 1914. Estudios Estratégicos", que fueron adoptados como textos de estudio en las academias del Ejército.
En 1929 contrajo matrimonio con Aurelia Tizón en la Iglesia castrense Nuestra Señora de Luján, pero su esposa murió muy joven, en setiembre de 1938.
En 1930 ya era miembro del Estado Mayor del Ejército y Profesor Titular de "Historia Militar" en la Escuela Superior de Guerra. Continuó publicando textos militares y también redactó un estudio sobre el idioma de los indios araucanos, originarios de la región patagónica, bajo el título Toponimia Patagónica de Etimología Araucana (1935).
En 1936, con el grado de Mayor del Ejército, fue nombrado Agregado Militar en la Embajada Argentina en la República de Chile. Ese año ascendió al grado de Teniente Coronel. En 1937 publicó el estudio La Idea Estratégica y la Idea Operativa de San Martín en la Campaña de los Andes.
En 1939 integró la Misión de estudios en el extranjero que el Ejército Argentino envió a Europa, con residencia en Italia. Se especializó en Infantería de Montaña (alpinismo y esquí). Regresó a principios de 1940, luego de recorrer España, Alemania, Hungría, Francia, Yugoslavia y Albania. Fue destinado al Centro de Instrucción de Montaña (Mendoza) y en 1941 ascendió al grado de Coronel.
A partir de 1943 su vida militar comenzó a converger hacia la política, que lo iba a absorber totalmente hasta su muerte.

Vida Política
El 4 de junio de 1943, Perón participó en la Revolución militar que terminó un proceso de fraude y corrupción política, iniciado con el golpe militar de 1930, que había desplazado del poder al Presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, perteneciente al partido Unión Cívica Radical. Perón tenía el grado de Coronel y formaba parte de un grupo de oficiales organizados en una especie de logia denominada GOU (Grupo Oficiales Unidos) que sostenía un pensamiento nacionalista y de recuperación ética.
En el gobierno militar, Perón comenzó ocupando cargos menores. En octubre de 1943, solicitó desempeñarse en el Departamento Nacional del Trabajo, un modesto organismo dedicado a los asuntos laborales y sindicales. El joven coronel inició, desde este lugar, su contacto con la clase trabajadora argentina, adentrándose en sus problemas y necesidades. Convirtió al modesto organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión, amplió sus facultades y asumió su nueva titularidad el 10 de diciembre de 1943.
Desde allí impulsó la organización de los trabajadores en sindicatos, transmitiéndole al movimiento obrero una visión reivindicatoria y nacional del trabajo y promovió una legislación protectora inspirada en los principios de justicia social, difundidos, entre otras fuentes, por las Encíclicas papales.
A principios de 1944 conoció a María Eva Duarte que sería su esposa y a quién la historia ha inmortalizado con el nombre de Evita.
Por su desempeño en la Secretaría de Trabajo y Previsión comenzó a crecer la popularidad de Perón en la clase trabajadora, lo cual despertó desconfianza en muchos de los mandos del Ejército, que mantenían una concepción conservadora y elitista de la sociedad argentina. A tal punto llegó esta situación que, pese a estar desempeñando en 1945 los cargos de Vicepresidente y Ministro de Guerra del Gobierno Militar, el Coronel Perón fue obligado a renunciar a todas sus funciones el 10 de octubre de ese año. El día 13 fue llevado detenido a la Isla Martín García (situada en el Río de La Plata, frente a la ciudad de Buenos Aires).
Una vez conocida por los trabajadores la noticia de la detención de Perón, se declaró una huelga general espontánea en todo el país. Contingentes obreros comenzaron a marchar hacia la Casa de Gobierno, en la ciudad de Buenos Aires, cubriendo la Plaza de Mayo con una multitud que reclamaba su libertad.
Fue el 17 de octubre de 1945. Al anochecer de ese día y ante la presión popular, Perón fue puesto en libertad y convocado por los propios gobernantes militares a hablar a la multitud para calmarla.
Perón así lo hizo, pidió su retiro del Ejército y convertido en ex-militar se lanzó a la vida política. Tenía 50 años de edad.
Ese mismo mes de octubre contrajo matrimonio con Eva Perón.
El gobierno militar, debilitado por los acontecimientos, convocó a elecciones presidenciales para el 24 de febrero de 1946. Perón, con apenas cuatro meses de tiempo, presentó su candidatura con la fórmula Perón-Quijano y organizó sus bases políticas de apoyo que fueron los trabajadores, sectores independientes y desprendimientos progresistas de los partidos tradicionales como la Unión Cívica Radical, el Partido Conservador y el Partido Socialista. Su adversario fue un frente político denominado "Unión Democrática", conformado por los sectores más conservadores de la sociedad en alianza con la izquierda internacionalista, como el Partido Comunista, y apoyado abiertamente por el embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, señor Spruille Braden. La disyuntiva fue "Braden o Perón".
Perón triunfó en las elecciones con el 52 por ciento de los votos y asumió la Presidencia de la Nación el 4 de junio de 1946. Ya en el Gobierno fundó el Movimiento Peronista. Comenzó una gestión de fuerte preocupación nacional y social.
En 1949 se reformó la Constitución Nacional mediante elección democrática de constituyentes y se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales, como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.
En 1951 la formula Perón-Quijano fue reelecta por un nuevo período de seis años con el 62 por ciento de los votos.
En 1952 murió Eva Perón, "Evita", afectada por un cáncer. Se creó en torno a Perón un gran vacío afectivo.
En 1953 Perón planteó, en diversas exposiciones públicas, su pensamiento sobre la política exterior basada en los conceptos de "continentalismo" y "universalismo" con proyección al siglo XXI. Tomó las primeras decisiones concretas encaminadas a impulsar la integración latinoamericana y propuso a Chile y a Brasil echar las bases de una unión subregional que se denominaría ABC. Este proyecto es el antecedente del actual MERCOSUR instalado 30 años después.
El 16 de setiembre de 1955 el Gobierno constitucional de Perón fue derrocado por un golpe militar apoyado por los sectores más reaccionarios de la sociedad. Comenzó un largo período de proscripción política del Movimiento Justicialista, persecución a sus integrantes mediante fusilamientos, cárcel y destierro. Perón debió exiliarse. Este cruento período se extendió por 18 años, durante los cuales las Fuerzas Armadas asumieron el control político del país.
Perón se exiló en países latinoamericanos, conoció a una joven argentina, María Estela Martínez, “Isabel”, que se convertiría en su tercera esposa, y a partir de 1960 se trasladó a España donde vivió en Madrid hasta que pudo regresar a su patria por primera vez el 17 de noviembre de 1972 y, definitivamente, el 20 de junio de 1973.
El gobierno militar presidido por el Gral. Lanusse convocó a elecciones presidenciales para el 11 de marzo de 1973, pero proscribió a Perón. El Movimiento Justicialista ganó las elecciones con el 49,59 por ciento de los votos con la fórmula Cámpora-Solano Lima designada por Perón. Una vez en el gobierno, el presidente Cámpora renunció al cargo y se convocó a nuevas elecciones presidenciales sin proscripciones para el 23 de setiembre de 1973. El Movimiento Justicialista propuso la fórmula Perón-Perón (Juan Domingo Perón y su esposa Isabel Martínez de Perón), que obtuvo el triunfo con más del 60 por ciento de los votos.
Perón ya tenía 78 años y estaba enfermo. Murió el 1º de julio de 1974, mientras estaba en ejercicio constitucional y democrático de la Presidencia de la Nación por tercera vez.