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martes, 25 de julio de 2023

Hace 78 años Perón le hablaba a los dirigentes obreros.

 



DISCURSO EN LA REUNION DE DIRIGENTES OBREROS REALIZADA CON MOTIVO DE LA INICIACION DE LOS TRIBUNALES DEL TRABAJO 

Juan Domingo Perón [25 de Julio de 1945]



Señores: No ha querido dejar pasar esta oportunidad sin reunirnos en este recinto, por lo menos una vez más, para congratularnos con una nueva conquista de nuestra Secretaría del Trabajo y Previsión, descubrimos como indispensable la creación de un fuero de justicia propia para dilucidar los pleitos originados en las relaciones entre los trabajadores y los empleadores.

Esta necesidad que he puesto en evidencia en numerosas oportunidades, se ha ido refirmando a medida que la Secretaría fue desarrollando su labor durante el año 1944. En varias oportunidades como Secretario de Trabajo y Previsión, prometí a los dirigentes y a los obreros en general, ocuparme de defender ante el Gobierno de la Nación, la necesidad de crear este fuero. Desde hace cuatro meses, esa promesa es ya una realidad teórica, pero desde hoy, la Justicia del Trabajo es una realidad práctica para los trabajadores de la patria.

Se bien lo que esto representa para los trabajadores que, en cumplimiento de sus obligaciones debieron recurrir a la justicia ordinaria para dilucidar las diferencia que normalmente surgían en sus relaciones con los empleadores. Esta justicia, por estar ocupada habitualmente en otras funciones que la sociedad le imponía, no podía dedicar al fuero real de la justicia del trabajo sino limitadísimo tiempo. No diremos que esa justicia no fue buena ni respetable, pero sí que no pudo cumplir con lo que hubiera sido necesario a las masas trabajadoras en la solución de sus propios pleitos. Tantas veces lo he oído decir a los obreros y contar numerosos casos ocurridos, que yo los he sintetizado en uno solo: un obrero despedido de una casa a quien el patrón no le abono ni el despido, ni el salario. Recurrió a la justicia, pleiteo durante dos años; al cabo de ese tiempo había perdido la mitad de su haber y el resto se le liquidaba en momentos en que ya estaba en otra ocupación, cuando ya no le era tan necesario como durante el tiempo de su inactividad. Si la Justicia del Trabajo, no puede hacer que el empleador líquido al obrero el despido en el concepto en que la ley lo ha establecido para cuando el esta cesante, ¿de que le vale el despido? De que vale que se lo paguen dos años después, para que un domingo vaya al hipódromo y en una tarde liquide todo su haber.

Otro de los conceptos que deseo exponer, es la interpretación que hemos pretendido dar a este fuero, distinto de los demás fueros de la justicia ordinaria, en el aspecto de la celeridad que debe tener y la necesidad de que el obrero que no posee medios, esté en las mismas condiciones de defender sus derechos que aquellos que los poseen. Ya lo ha dicho “Martín Fierro”, que la ley es como la telaraña: los bichos chicos se quedan y los grandes, la rompen y pasan.

Nosotros queremos que en la tela de la ley, defendida por el fuero del Trabajo, no haya ni bichos grandes ni bichos chicos que puedan romperla.

Este fuero, cuyos señores camaristas, jueces y secretario nos hacen el honor de tomar este primer contacto con nosotros, debe ser una absoluta garantía para los patrones y para los obreros. El personal que lo compone, comenzando por su presidente, el Dr. Pérez Colman, conocido de todos por su larga vida pública de honradez y de virtudes de ciudadano y de patriota, debe ser el máximo de garantía para todo el que recurra al fuero del Trabajo, en busca de una cabal justicia que todos anhelamos. Los señores camaritas poseen las mismas cualidades, como así los señores jueces. Y es una verdad absoluta que la justicia es como son sus jueces. Con buenos jueces habremos asegurado buena justicia y yo tengo la absoluta persuasión de que todo el personal del fuero del Trabajo, es inmejorable desde el punto de vista intelectual y moral.

Esta conquista de la Secretaría de Trabajo y Previsión, nos impone obligaciones para esa justicia, que es nuestra justicia y la defenderemos por todos los medios para asegurar que el futuro de los conflictos del trabajo esté siempre en manos incontaminadas que den, como siempre deseamos en esta casa, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Lo más triste que le puede pasar a un país, es que haya muchos hombres que clamen justicia y no la obtengan; cuando esa justicia es clamada por los humildes, el panorama es más triste todavía porque ellos son los que necesitan más de esa justicia. Por eso otra de las afirmaciones nacidas de esta casa, es que consideramos que la justicia social es la justicia más imprescindible sobre la tierra. Y gran margen de esa justicia social esta desde hoy en manos de estos caballeros, camaristas y jueces, y tenemos la absoluta seguridad de que de la ecuanimidad de sus resoluciones dependerá en gran parte la afirmación de esa justicia social y del orden futuro en la masa de los trabajadores.

Este proyecto, transformado afortunadamente hoy en realidad ha sido realizado por personal de la Secretaría de Trabajo y Previsión. Por ello, agradezco a los señores que han trabajado durante largos meses en la confección del decreto correspondiente y en la reglamentación.

Doctor Stafforini, doctor Martínez Vivot, doctor Brusca y señor Ruffas en nombre de la Secretaría, os agradezco el empeño y la rectitud puesta en la elaboración de este trabajo.

Deseo, antes de terminar, hacer por intermedio de ustedes los obreros, un llamado a la clase trabajadora del país, para que tenga confianza en esta nuestra justicia del trabajo, para que tenga fe en las resoluciones que ella establezca, que serán siempre justicieras y leales, para que cada uno de los trabajadores argentinos sienta en su corazón, como lo siento yo, el deseo de apoyar a nuestros jueces con todas las fuerzas y con toda la colaboración que podamos prestarles para que ellos puedan cumplir de la mejor manera con su difícil misión, convencido que hechos dado un paso trascendental y decisivo para las futuras relaciones del trabajo, convencido de que hemos hecho una obra del bien que va a beneficiar a un sinnúmero de trabajadores argentinos y de patrones argentinos; y convencido también de que las leyes del trabajo desde hoy en adelante no podrán ser violadas ni violentadas por nadie, ya que tenemos por delante la majestad de una justicia que obedecer y la majestad de esa misma justicia que defender con nuestros propios actos.

Y para terminar este sencillo pero tan elocuente acto, quiero pedir a los trabajadores argentinos que recuerden que cuando nuestra justicia del trabajo deba actuar, ellos han de ser los principales colaboradores, no tratando de violar o de engañar a sus propios jueces, formando en la masa de trabajadores argentinos la verdadera conciencia de la ley del trabajo. Las leyes tienen valor cuando se cumplen. Que cada uno se ponga dentro de la ley y cuando crea que ella ha sido violada en su perjuicio, recurra a sus jueces y encontrará el apoyo de la Nación, por intermedio de los representantes de la propia ley. Desgraciadamente en nuestro país, no se cumplen las leyes porque no existe una conciencia legal formada en la población. Yo como Secretario de Trabajo y Previsión, anhelo que en la masa de trabajadores exista una conciencia legal de las leyes del trabajo para que así comencemos nosotros a dar el ejemplo al resto de los argentinos, de cómo se debe cumplir y como debemos cumplir.

Finalmente, agradezcamos a los señores camaristas, a los señores jueces y a los señores secretarios aquí presentes, que hayan querido hacernos el honor de compartir estos breves minutos con nosotros, y prometámosles que en el futuro todos acataremos la ley y seremos firmes defensores de los fallos que a base de esa ley ellos dicten.

JUAN DOMINGO PERÓN

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Evita

Evita Perón nació en el año 1919 en un pequeño pueblo de la pampa Argentina denominado Los Toldos, nombre que hace referencia al tipo de vivienda-las tolderías-, que utilizaban los indios que habitaron originariamente la zona.Dicen, los que saben, que el paisaje infinito de la pampa infunde en el ánimo de quien lo vive un sentido indómito de libertad y coraje, que no hay escuela que lo reemplace. Drieu la Rochelle, ese observador privilegiado,la definió como "un vértigo horizontal", y Ortega y Gasset como "promesa que promete".Este fue el genius loci en donde cayó Evita a la existencia.
Fue anotada y bautizada bajo el nombre de María Eva Duarte, hija de Juana Ibarguren Núñez y de su pareja Juan Duarte, quien nunca legitimó la relación. Juan Duarte, hacendado y concubino de Juana Ibarguren, muere en 1925 dejando a ésta y a sus cinco pequeños hijos -la menor Evita-en el desamparo más absoluto.No obstante ello, Juana con su máquina de coser, trabajando día y noche y guardando la dignidad, logra mantenerlos y educarlos.Evita comienza a manifestar su vocación artística y viaja a Buenos Aires, la gran ciudad cosmopolita, en donde se instala a partir de l934.Trabaja asiduamente en la radio e interviene en algunas películas.Diez años después, a causa del terremoto que asoló la provincia de San Juan,pegada a la cordillera de Los Andes,establece relaciones de noviazgo con el entonces coronel Juan Perón, con quien se casa en diciembre de 1945.Trabajó infatigablemente junto a él hasta su temprana muerte en 1952.
Hasta aquí los hechos más o menos puntuales de una biografía lineal para que el lector ubique cronológicamente a Eva Perón.Pero lo digno de destacar es su obra y su acción política y social.
Evita representó antes que nada el carácter argentino, heredaro seguramente de la visión de su pampa originaria que como el del gaucho es "indómito y soberbio".No se ató a los formales convencionalismos.Dañó los intereses privilegiados y benefició a los más humildes.Tuvo, como se dice hoy, "una opción preferencial por los pobres" y toda su gestión se dirigió en ese sentido.Pero nunca hizo "clasismo", ni al estilo demócrata cristiano ni al modo marxista. Ella fue simplemente peronista. No anduvo con medias tintas. No fue una mujer light como las que hoy día tienen poder al estilo de Hilary Clinton, sino una mujer dura, pesada.Que rigoreó a sus enemigos y protegió a sus "grasitas descamisados".Al respecto vale la pena recordar una anécdota:Desde el automóvil que la conduce a una recepción de gala, Evita ve una anciana llorando en la puerta de un Banco. Baja, entra con ella y pregunta: "Señores, ¿Quién de ustedes fue el hijo de puta que le dijo a esta señora `vuelva mañana`?".
Estaba convencida que el proyecto político de su esposo, el general Perón, de una "Argentina socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana" era posible y por su instauración luchó hasta el fin.
Fue Evita la que con tesón logró que la mujer argentina fuera la primera que votara en nuestra América. El voto femenino es un logro suyo casi exclusivo.Pero, y esto vale la pena destacarlo, ella no fue feminista.Lejos estuvo de la exaltación de la diferencia sexual a que nos tienen acostumbrados las feministas de hoy. Ella fue una mujer hecha y derecha, enamorada de su esposo, volcada hacia los más desprotegidos y amante de su patria.Su temprana muerte a los treinta y tres años, acaecida en pleno cambio de las estructuras sociales de la vieja sociedad conservadora, la transformaron lentamente en un mito fundador de los argentinos, lo mismo que Juana de Arco para los franceses. Incluso, siempre se ha hablado del gran secreto de Evita, y el padre Hernán Benitez, su confesor, ha afirmado muchas veces que "Ella caminaba en el sendero de Dios".Así pues, como dice el agudo pensador español Javier Esparza:"Que una golfa del show bussiness, y además gringa, encarne a Evita es, simplemente, un sacrilegio".
En manos del lector aparece en texto La Razón de mi vida
único que Evita redactara. Escrito entre los años 1949 y 1951 y cuyos cuadernos acaba de encontrar en España el investigar Jorge González Crespo desmintiendo así la versión "gorila=antiperonista" que afirmaba que el libro había sido redactado por un escriba a sueldo.
El texto está centrado en Perón y el apoyo a su proyecto político, económico y social. Y alrededor de él giran tres grandes categorías: los trabajadores, los humildes y las mujeres.Todo ello en vistas al logro de la "justicia social".Y esto lo hace notar expresamente Evita cuando, al comienzo mismo afirma:"Creo que así como algunas personas tienen una especial disposición del espíritu para sentir la belleza, más intensamente que los demás, y son por eso poetas o pintores o músicos, yo tengo, y he nacido con una particular disposición del espíritu que me hace sentir la injusticia de manera especial, con una rara y dolorosa intensidad".
Alberto Buela

VIDA DEL GENERAL JUAN DOMINGO PERÓN

El General Juan Domingo Perón fue electo Presidente de la República Argentina en 1946, 1951 y 1973. En todos los casos llegó a tan alto cargo por medio de elecciones democráticas.
La vida política de Perón tiene, por ello, dos excepcionalidades en América Latina: llegar tres veces a la Presidencia de la Nación y, aún siendo militar, las tres veces mediante el voto popular.
Fue fundador y jefe político del Movimiento Justicialista que aún hoy, a 30 años de su muerte, continúa siendo la fuerza política mayoritaria de la República Argentina (Partido Justicialista).
Perón dejó escritas múltiples obras (La Comunidad Organizada, Conducción Política y Modelo Argentino para un Proyecto Nacional, entre otras), donde expresa su filosofía y doctrina política, y que continúan siendo textos de consulta en el plano académico, aplicados a la vida política argentina y continental.

Infancia y primera juventud
Perón nació en Lobos (Provincia de Buenos Aires) el 8 de octubre de 1895. Fue hijo de Mario Tomás Perón, pequeño productor agrícola-ganadero, y de Juana Sosa, y nieto de uno de los médicos más célebres de su tiempo, el profesor Tomás L. Perón. Su familia es de origen sardo por vía paterna y castellana por vía materna. Su infancia y primera juventud las vivió en las pampas bonaerenses y en las llanuras patagónicas del sur de la Argentina, donde se trasladaron sus padres en 1899 en busca de trabajo. Estos escenarios de grandes espacios abiertos y de vida rural incidieron en su formación cultural que algunos biógrafos han denominado "criollismo". Perón deseaba ser médico como su abuelo, pero finalmente, en 1911, ingresó al Colegio Militar de la Nación, situado en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires, y egresó en 1913 con el grado de subteniente del arma de Infantería.

Vida Militar
Como oficial joven ocupó diversos destinos militares dentro del país mientras fue ascendiendo en su carrera. Teniendo el grado de Capitán redactó trabajos sobre Moral Militar, Higiene Militar, Campañas del Alto Perú, El Frente Oriental de la Guerra Mundial de 1914. Estudios Estratégicos", que fueron adoptados como textos de estudio en las academias del Ejército.
En 1929 contrajo matrimonio con Aurelia Tizón en la Iglesia castrense Nuestra Señora de Luján, pero su esposa murió muy joven, en setiembre de 1938.
En 1930 ya era miembro del Estado Mayor del Ejército y Profesor Titular de "Historia Militar" en la Escuela Superior de Guerra. Continuó publicando textos militares y también redactó un estudio sobre el idioma de los indios araucanos, originarios de la región patagónica, bajo el título Toponimia Patagónica de Etimología Araucana (1935).
En 1936, con el grado de Mayor del Ejército, fue nombrado Agregado Militar en la Embajada Argentina en la República de Chile. Ese año ascendió al grado de Teniente Coronel. En 1937 publicó el estudio La Idea Estratégica y la Idea Operativa de San Martín en la Campaña de los Andes.
En 1939 integró la Misión de estudios en el extranjero que el Ejército Argentino envió a Europa, con residencia en Italia. Se especializó en Infantería de Montaña (alpinismo y esquí). Regresó a principios de 1940, luego de recorrer España, Alemania, Hungría, Francia, Yugoslavia y Albania. Fue destinado al Centro de Instrucción de Montaña (Mendoza) y en 1941 ascendió al grado de Coronel.
A partir de 1943 su vida militar comenzó a converger hacia la política, que lo iba a absorber totalmente hasta su muerte.

Vida Política
El 4 de junio de 1943, Perón participó en la Revolución militar que terminó un proceso de fraude y corrupción política, iniciado con el golpe militar de 1930, que había desplazado del poder al Presidente constitucional Hipólito Yrigoyen, perteneciente al partido Unión Cívica Radical. Perón tenía el grado de Coronel y formaba parte de un grupo de oficiales organizados en una especie de logia denominada GOU (Grupo Oficiales Unidos) que sostenía un pensamiento nacionalista y de recuperación ética.
En el gobierno militar, Perón comenzó ocupando cargos menores. En octubre de 1943, solicitó desempeñarse en el Departamento Nacional del Trabajo, un modesto organismo dedicado a los asuntos laborales y sindicales. El joven coronel inició, desde este lugar, su contacto con la clase trabajadora argentina, adentrándose en sus problemas y necesidades. Convirtió al modesto organismo en Secretaría de Trabajo y Previsión, amplió sus facultades y asumió su nueva titularidad el 10 de diciembre de 1943.
Desde allí impulsó la organización de los trabajadores en sindicatos, transmitiéndole al movimiento obrero una visión reivindicatoria y nacional del trabajo y promovió una legislación protectora inspirada en los principios de justicia social, difundidos, entre otras fuentes, por las Encíclicas papales.
A principios de 1944 conoció a María Eva Duarte que sería su esposa y a quién la historia ha inmortalizado con el nombre de Evita.
Por su desempeño en la Secretaría de Trabajo y Previsión comenzó a crecer la popularidad de Perón en la clase trabajadora, lo cual despertó desconfianza en muchos de los mandos del Ejército, que mantenían una concepción conservadora y elitista de la sociedad argentina. A tal punto llegó esta situación que, pese a estar desempeñando en 1945 los cargos de Vicepresidente y Ministro de Guerra del Gobierno Militar, el Coronel Perón fue obligado a renunciar a todas sus funciones el 10 de octubre de ese año. El día 13 fue llevado detenido a la Isla Martín García (situada en el Río de La Plata, frente a la ciudad de Buenos Aires).
Una vez conocida por los trabajadores la noticia de la detención de Perón, se declaró una huelga general espontánea en todo el país. Contingentes obreros comenzaron a marchar hacia la Casa de Gobierno, en la ciudad de Buenos Aires, cubriendo la Plaza de Mayo con una multitud que reclamaba su libertad.
Fue el 17 de octubre de 1945. Al anochecer de ese día y ante la presión popular, Perón fue puesto en libertad y convocado por los propios gobernantes militares a hablar a la multitud para calmarla.
Perón así lo hizo, pidió su retiro del Ejército y convertido en ex-militar se lanzó a la vida política. Tenía 50 años de edad.
Ese mismo mes de octubre contrajo matrimonio con Eva Perón.
El gobierno militar, debilitado por los acontecimientos, convocó a elecciones presidenciales para el 24 de febrero de 1946. Perón, con apenas cuatro meses de tiempo, presentó su candidatura con la fórmula Perón-Quijano y organizó sus bases políticas de apoyo que fueron los trabajadores, sectores independientes y desprendimientos progresistas de los partidos tradicionales como la Unión Cívica Radical, el Partido Conservador y el Partido Socialista. Su adversario fue un frente político denominado "Unión Democrática", conformado por los sectores más conservadores de la sociedad en alianza con la izquierda internacionalista, como el Partido Comunista, y apoyado abiertamente por el embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, señor Spruille Braden. La disyuntiva fue "Braden o Perón".
Perón triunfó en las elecciones con el 52 por ciento de los votos y asumió la Presidencia de la Nación el 4 de junio de 1946. Ya en el Gobierno fundó el Movimiento Peronista. Comenzó una gestión de fuerte preocupación nacional y social.
En 1949 se reformó la Constitución Nacional mediante elección democrática de constituyentes y se incorporaron al máximo texto jurídico los nuevos derechos sociales, como también el voto femenino, que había sido aprobado en 1947, que reivindicaba a la mujer hasta entonces marginada de la vida política argentina.
En 1951 la formula Perón-Quijano fue reelecta por un nuevo período de seis años con el 62 por ciento de los votos.
En 1952 murió Eva Perón, "Evita", afectada por un cáncer. Se creó en torno a Perón un gran vacío afectivo.
En 1953 Perón planteó, en diversas exposiciones públicas, su pensamiento sobre la política exterior basada en los conceptos de "continentalismo" y "universalismo" con proyección al siglo XXI. Tomó las primeras decisiones concretas encaminadas a impulsar la integración latinoamericana y propuso a Chile y a Brasil echar las bases de una unión subregional que se denominaría ABC. Este proyecto es el antecedente del actual MERCOSUR instalado 30 años después.
El 16 de setiembre de 1955 el Gobierno constitucional de Perón fue derrocado por un golpe militar apoyado por los sectores más reaccionarios de la sociedad. Comenzó un largo período de proscripción política del Movimiento Justicialista, persecución a sus integrantes mediante fusilamientos, cárcel y destierro. Perón debió exiliarse. Este cruento período se extendió por 18 años, durante los cuales las Fuerzas Armadas asumieron el control político del país.
Perón se exiló en países latinoamericanos, conoció a una joven argentina, María Estela Martínez, “Isabel”, que se convertiría en su tercera esposa, y a partir de 1960 se trasladó a España donde vivió en Madrid hasta que pudo regresar a su patria por primera vez el 17 de noviembre de 1972 y, definitivamente, el 20 de junio de 1973.
El gobierno militar presidido por el Gral. Lanusse convocó a elecciones presidenciales para el 11 de marzo de 1973, pero proscribió a Perón. El Movimiento Justicialista ganó las elecciones con el 49,59 por ciento de los votos con la fórmula Cámpora-Solano Lima designada por Perón. Una vez en el gobierno, el presidente Cámpora renunció al cargo y se convocó a nuevas elecciones presidenciales sin proscripciones para el 23 de setiembre de 1973. El Movimiento Justicialista propuso la fórmula Perón-Perón (Juan Domingo Perón y su esposa Isabel Martínez de Perón), que obtuvo el triunfo con más del 60 por ciento de los votos.
Perón ya tenía 78 años y estaba enfermo. Murió el 1º de julio de 1974, mientras estaba en ejercicio constitucional y democrático de la Presidencia de la Nación por tercera vez.